Hace algunos días conversaba con alguien ahora muy especial para mí sobre una pregunta que sencilla seguramente a más de uno deja sin respuesta. «¿Quién eres?» decíamos que era una pregunta muy dura, que teníamos nuestra edad completa siendo esa pregunta, anhelado la desconocida respuesta.

 

Es que quizás somos tantas cosas que no podemos describirlo con facilidad. Porque somos la vida, somos existencia. Ojalá pudiéramos recordar lo que injustamente nos ha sido arrebatado. Ojalá pudiéramos recordar con claridad el momento de nuestro nacimiento, ver a través de los ojos de los que nos vieron por primera vez, esa sensación, la promesa que empezamos siendo… Médico, ingeniera o doctor… Escritor, poeta o pastor.

 

Somos angustia, paz, anhedonia y placer. Somos todo lo bueno y todo lo malo. Es increíble intentar explicarse a sí mismo quién se es. Pero quizás es necesario, de alguna manera, para mantenernos en constante cambio, sin definición, sin duda, en lucha.

 

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